Spaniglish
Spanglish: Un idioma mestizo
Una nueva generación latina, forjada en la educación bilingüe y el credo de la diversidad, se sacude el complejo de inferioridad que caracterizó las relaciones con la cultura dominante anglosajona y los países de origen, la cultura latina no adulterada. Ricky Martín no solo es popular sino el más guapo; una latina ha sido la máxima autoridad médica del país; hay generales, presidentes de corporaciones, ministros de gobierno, un candidato a la presidencia estadounidense es latino y son latinos los mejores beisbolistas. Esta nueva generación es consciente de su poderío económico superior y se universaliza con el espanglish de estandarte. Ilan Stavans esgrima esta tesis en su libro “Spanglish: The Making of a New American Language (el nacimiento de un nuevo idioma americano), un libro de 288 páginas que contiene además un léxico de seis mil términos y la traducción del primer capítulo de Don Quijote.
No se trata de un fenómeno transitorio, señala Stavans. El espanglish resulta del choque de dos civilizaciones que se remonta al tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848 mediante el cual Estados Unidos adquiere dos tercios del territorio mexicano por 15 millones de dólares y un cañón a la sien. “Aunque el convenio no alteró el derecho constitucional inviolable de la gente a su idioma, de la noche a la mañana decenas de miles de mejicanos despertaron a la noticia que ya no eran mejicanos, que las fronteras habían cambiado, la bandera y, más importante, pues lo desconocían, que el inglés era el idioma oficial. El idioma de las nuevas leyes, de los anuncios, de la educación. Así nació el espanglish, por la necesidad de un pueblo de comunicarse. El jefe se convirtió en bos, el señor en mister y la Dulcinea de Don Quijote en una señorita bien nice. Se sentaron las condiciones para el nacimiento de la lengua mestiza. Una lengua que en la actualidad cuenta con 40 millones de hablantes, es decir, que supera la población de Canadá.”
Mexicano de origen judío, profesor de Amherst College, Stavans más que nadie se ha compenetrado en el polémico idioma o dialecto. Le pido a la distinguida lingüista Deborah Tannen que defina la diferencia entre idioma y dialecto.“Un idioma es un dialecto con marina y ejército. Es decir, depende del poder político del grupo que lo habla. Hay variaciones que para observadores ajenos parecerán insignificantes, pero para los hablantes son los fundamentos del idioma. ¿Recuerda cuando existía el idioma servo-croata? Ahora que han cambiado las circunstancias políticas, tenemos dos idiomas, el servo y el croata.”
¿Una aberración pasajera?
Los detractores más benignos descartan el espanglish como una jerga transitoria que gracias al patrón distinto de asimilación que sigue el inmigrante latino crea un espejismo de permanencia. “Los inmigrantes hablan su idioma materno, pero sus hijos hablan el inglés además de un idioma mestizo y sus nietos hablan sólo inglés,”dice la crítica literaria y profesora de la Universidad Georgetown Bárbara Mújica. “El caso del español es diferente porque siguen llegando inmigrantes hispanoamericanos y éstos mantienen vivo el español en los Estados Unidos”.
“Efectivamente’, recalca Stavans, “no podemos comparar a los hispanos con los italianos, alemanes o judíos, grupos que perdieron sus culturas a la segunda o tercera generación. No solo los medios y las telecomunicaciones nos actualizan constantemente, cada revolución o banca rota en América latina refresca la cultura hispana con oleadas de inmigrantes. Uno de cada seis mejicanos vive en Estados Unidos. Los lazos de conexión son de tal envergadura que los mejicanos-americanos pronto podrán votar en las elecciones presidenciales de Méjico”.
Otros críticos son virulentos. “El espanglish supone un grave peligro al progreso de los hispanos. Quienes lo promueven no entienden que se trata de una invasión del ingles al español. Es la lengua de los hispanos pobres, muchos de los cuales son analfabetos en ambos idiomas. Se someten al inglés porque carecen de la educación para interpretar en su idioma el nuevo entorno. Los hispanos educados que lo hacen es por complejo de inferioridad, es gente que se avergüenza de su origen. El espanglish supone una capitulación política, una condena a la marginalidad,” escribe el profesor Echeverría-González de Yale. “No es posible abordar en espanglish ni la física ni la metafísica.”
Además, desde la esterilizada torre de marfil de la Real Academia, el novelista Mario Vargas Llosa dictamina: La torpeza moral comienza con la desvirtualización del idioma.
La elaboración de un diccionario
Muchos coinciden en que la gramática del humanista Nebrija de 1492 marcó un hito en la historia del castellano, que el primer paso hacia la legitimación de un idioma es crear una convención normativa. Le pregunto a Stavan si el léxico del espanglish marca el primer paso en tal dirección. “El glosario que hemos recopilado no pretende ser un instrumento normativo’, dice. “Me limito a registrar el vocabulario, la lengua que se vive en las calles. Después de todo, la pregunta es, ¿los diccionarios determinan la forma que la gente habla, o sucede lo contrario, es la lengua de la calle la que determina los diccionarios?”
La tarea inmensamente laboriosa de elaborar el diccionario del espanglish le costó a Stavans y su armada de investigadores, lexicógrafos y gramáticos una década. Fundamentar ciento cincuenta años de evolución exigió la lectura de un sinfín de revistas, periódicos, novelas, obras de teatro, las transcripciones de programas radiales y televisivos, diccionarios, anuncios publicitarios. Por otro lado, grabadora en mano, hubo que registrar la voz popular que fluye como un torrentoso río a lo largo y ancho de los enclaves latinos.
Quizá el aspecto más complejo fue la transliteración; buscarle la ortografía apropiada a un fenómeno esencialmente oral y de fonéticas diversas. Si hay una constante en el espanglish, por su carácter evolutivo, en pleno estado de mutación, es la falta de uniformidad. La jerga loca del Este de los Ángeles dista del Cubbonics de Miami. Aun en una misma región, en Nueva York, por ejemplo, los colombianismos matizan el espanglish de Queens mientras que en el Alto Manhatan cunden los dominicanismos. La palabra espanglish tiene, entre otras, las variantes espanglés, inglañol, gringoñol, jerga loca, casteyanqui, nuyorican, caló y pachuco.
Los términos y frases listados en el léxico debieron ser registrados de manera oral o escrita por lo menos tres veces. Cada entrada incluye información sobre la pronunciación, función gramatical, género, un ejemplo de uso, variantes regionales y etimología. Por ejemplo:
Laptop: (LAP-top), n., f., portable computer. “Me llevé la laptop to the trip. Also LAPTOPA.
He aquí una muestra de términos y frases listados:
Absentismo por ausentismo; abstracto por sinopsis; aftershief por tónico, baibay por hasta luego; baipás por operación de sustitución de las arterias del corazón; balance por saldo bancario; los biles por las cuentas; la bosa por jefa, califa por californiano de ascendencia mejicana; cash por dinero en efectivo; calgüeitin por mecanismo que permite recibir llamadas cuando uno habla por teléfono; ceo por presidente de una empresa, constipado por estreñido; depende o dependiente por persona cuyo sustento es responsabilidad del padre de familia; dopar por utilizar drogas; editin por redactar un documento; email por correo electrónico; enrolarse por matricularse o inscribirse; équiti por patrimonio; eslogan por lema; estimado por un cálculo financiero; fashonable por de moda; ficción por narrativa; foni por extraño; fri por gratis; ganga por pandilla; gey por homosexual; grincar por documento que acredita la residencia permanente en Estados Unidos; infautarse por enamorarse; lanlor por dueño de casa.
Chapter Uno
La primera parte de Spanglish: The Making of a New American Language es una profunda y bien documentada reflexión sobre el nacimiento del nuevo idioma, y como no se trata de una composición superficial tipo esperanto, sino un mestizaje natural, la meditación abarca el castellano y el inglés, a sus antecesores, el latín y el germánico, remontándose hasta el indoeuropeo, nuestro lejano tronco lingüístico. La segunda parte, el léxico, no solo satisface el instinto de curiosidad de los amantes de las lenguas, es un instrumento que facilita las comunicaciones con un segmento de la población estadounidense en crecimiento, una nueva generación para quienes las cadenas principales ya preparan programación televisiva con expresiones como, “Ay, chica, necesitas calgüeitin, ¿en que century vives?”
En cuanto a la tercera parte del libro, al primer capítulo de Don Quijote traducido, Álvaro Mutis ha sido tajante en tacharlo como artimaña característica de la época, una necesidad de hacer lo más raro para llamar la atención.
“In un placete de la Mancha of which nombre no quiero remembearme, vivía, not so long ago, uno de esos gentelmen who always tienen una lanza en el rack, una bunker antigua, a skinny caballo y un greyhound para el chase . . .”
“Para mi el Quijote representa la máxima obra de la hispanidad. Es el libro mejor escrito en español y es el peor escrito. Es una severa critica de España , de la religión católica”, dice Stavans. “Traducir el Quijote fue para mí un intento de hacer más accesible un clásico y no creo que se trate de una tontería. Los clásicos son interpretados por cada generación. He ahí la definición de clásico. No fue un juego para llamar la atención, jamás. La traducción es una disciplina que me interesa.
Bueno, mientras luchaba con el Quijote traducido, una sentencia de Leonardo Da Vinci como nube gris ensombreció la tarde: Ideas tontas las tenemos todos, pero el sabio no las dice.
Raúl Guerrero es periodista, historiador y novelista. Se especializa en la historia de la mujer, y el idioma. Es autor de numerosas obras, se destaca la novela INSOLENCE. Dicta conferencias frecuentemente en Florida y New York.